Cyberpunk 2077: persecuciones, tiroteos y la adrenalina de Night City

Pocos mundos abiertos transmiten tanta energía como Night City. Desde sus calles saturadas de neón hasta los barrios donde la ley brilla por su ausencia, Cyberpunk 2077 consigue que cada misión se sienta como una película interactiva. Y en esa mezcla de caos, velocidad y violencia, aparecen momentos que se graban en la memoria del jugador.
Este video fue grabado en PlayStation 5 desde la versión oficial de Cyberpunk 2077, desarrollado por CD Projekt Red. Todos los derechos de personajes, nombres, imágenes y sonidos pertenecen a sus respectivos dueños. El contenido se comparte con fines informativos y editoriales en el sitio Play is Life.
Un viaje que se convierte en caos
Lo que empieza como un simple trayecto en auto —pasar por un control rutinario de aduana— rápidamente se transforma en una secuencia explosiva: una persecución a toda velocidad y un tiroteo sin respiro. Esa transición repentina es parte del ADN del juego: nunca estás del todo a salvo, porque el mundo que construyó CD Projekt Red respira hostilidad y oportunidades al mismo tiempo.
La tensión se multiplica gracias a la puesta en escena: autos blindados, drones, disparos que iluminan la noche y la música que se acelera con cada curva. Cyberpunk 2077 no es solo un RPG futurista, también es un recordatorio de lo cinematográfico que puede ser un videojuego cuando la acción se desata sin previo aviso.
Jugabilidad que mezcla géneros
El control de vehículos en Cyberpunk 2077 no es un adorno. Conduce, esquiva, dispara y siente cómo cada impacto afecta al manejo. La persecución se convierte en un minijuego dentro del propio juego, donde tus reflejos valen tanto como tus armas.
La combinación entre conducción y combate refleja lo mejor del título: la fusión entre el shooter en primera persona, el RPG con elecciones y el sandbox urbano. Ningún momento se siente aislado; todo encaja en la idea de sobrevivir en una ciudad que no perdona errores.
La intensidad de estas secuencias recuerda a otras experiencias narrativas únicas. Un buen ejemplo es lo que contamos en nuestra review de Death Stranding, otro título que combina acción con una narrativa inmersiva que atrapa al jugador.
Una crítica necesaria
Aunque las persecuciones generan adrenalina pura, todavía hay detalles que podrían mejorar. La IA de los enemigos, en algunas ocasiones, resulta predecible y resta intensidad a lo que debería ser un caos total. Además, las mecánicas de conducción siguen sintiéndose rígidas en comparación con otros mundos abiertos.
Aun así, la experiencia se salva por el envoltorio audiovisual y la fuerza narrativa. Cyberpunk 2077 logró redimirse tras su accidentado lanzamiento, y hoy ofrece momentos memorables que valen la pena.

La ciudad como protagonista
Aunque en este tramo inicial todavía no entramos a Night City, el juego ya deja claro que la ciudad será mucho más que un escenario: es un personaje vivo, lleno de tensiones, jerarquías ocultas y secretos que esperan al jugador. La torre de difusión y el encuentro con Jackie Welles son apenas la puerta de entrada a un mundo que late con sus propias reglas. Cyberpunk 2077 consigue que cada rincón se sienta significativo, incluso antes de pisar el centro urbano.

Conexiones con otros juegos narrativos
La propuesta de Cyberpunk 2077 también dialoga con otros títulos recientes que buscan redefinir sus propias sagas. Un buen ejemplo es lo que analizamos en nuestra review de Mortal Kombat 1, donde NetherRealm Studios reinventó un clásico de la lucha sin perder su esencia. Ambos casos muestran cómo los desarrolladores actuales no temen arriesgarse para ofrecer experiencias nuevas dentro de universos que ya tienen historia.
para cerrar
La persecución tras el control de aduana es solo un ejemplo de cómo Cyberpunk 2077 sorprende a cada paso. Es un juego que brilla en su capacidad para combinar acción explosiva con una historia cargada de tensión y personajes inolvidables. Night City nunca duerme, y cada jugador que se anima a recorrerla descubre que, incluso en el caos, hay belleza.