Metroidvania: el género que nunca deja de reinventarse

Pocas palabras en el mundo gamer generan tanto respeto como Metroidvania. Nacido de la combinación de dos sagas legendarias —Metroid y Castlevania—, este subgénero de acción y exploración 2D lleva décadas marcando el pulso de los juegos independientes y redefiniendo lo que significa perderse en un mundo lleno de secretos.
Origen del término
El concepto surge a fines de los 90, cuando Castlevania: Symphony of the Night (1997) tomó prestada la estructura de progresión de Metroid y la combinó con su propia estética gótica. Desde entonces, “Metroidvania” se convirtió en sinónimo de mundos interconectados, progresión no lineal y esa sensación única de desbloquear nuevas habilidades que cambian la forma de explorar.

Características principales
- Mapa interconectado: el escenario no es una sucesión de niveles, sino un mundo completo con zonas que se van abriendo a medida que progresás.
- Progresión por habilidades: el jugador obtiene mejoras como el doble salto, el dash o el gancho, que no solo potencian el combate, también abren rutas antes inaccesibles.
- Exploración y backtracking: volver atrás nunca es perder tiempo; siempre hay secretos, jefes ocultos o recompensas esperando.
- Acción y precisión: combina plataformas exigentes con combates desafiantes, donde la paciencia y la observación son tan importantes como los reflejos.
Ejemplos que marcaron época
Metroid (1986)
Castlevania: Symphony of the Night (1997)
Hollow Knight (2017)
Blasphemous (2019)
Y ahora, con el lanzamiento de Hollow Knight: Silksong, el género vuelve a estar en el centro de la conversación gamer.
¿Por qué sigue siendo tan relevante?
El Metroidvania nunca pasó de moda porque combina lo mejor de dos mundos:
- La exploración libre que invita a perderse en cada rincón.
- El desafío constante que premia la paciencia y la curiosidad.
En una época en la que muchos juegos llenan la pantalla de indicadores y flechas, los Metroidvania siguen apostando a la confianza en el jugador, dejándolo descubrir por sí mismo el camino correcto.

Un clásico en constante evolución
El género Metroidvania sigue demostrando que no necesita gráficos hiperrealistas ni mundos gigantescos para conquistar a los jugadores. Su esencia está en la exploración inteligente, en la emoción de desbloquear caminos ocultos y en esa mezcla de frustración y satisfacción que genera cada jefe derrotado o cada secreto descubierto.
Hoy, gracias a joyas modernas como Hollow Knight o el reciente Silksong, este legado se mantiene vivo y en constante evolución. Para quienes buscan una experiencia que combine desafío, narrativa sutil y exploración con recompensa, los Metroidvania son mucho más que un género: son un recordatorio de por qué amamos jugar.