El nuevo capítulo de la saga de francotiradores más conocida del gaming llegó en enero de 2025 con promesas de renovación. Sniper Elite: Resistance, desarrollado nuevamente por Rebellion, aterriza en consolas y PC con una premisa clara: llevar la acción silenciosa a un nuevo contexto de conflicto y resistencia. Sin embargo, detrás del camuflaje visual mejorado y algunas nuevas mecánicas contextuales, se esconde un título que, en esencia, se siente demasiado cercano a Sniper Elite 5.
Más de lo mismo, aunque mejor presentado
A nivel estético, Resistance da un pequeño salto visual, sobre todo en iluminación y partículas. Las texturas de los entornos, la niebla de guerra, los detalles en los uniformes y el modelado de las armas están bien cuidados. Pero seamos honestos: no hay una evolución drástica respecto a su predecesor. Si jugaste al 5, te vas a sentir casi en casa desde el minuto uno, tanto para bien como para mal.
La estructura de misiones, los objetivos secundarios, los mapas semiabiertos y la ya clásica cámara de rayos X siguen funcionando —porque funcionan, claro—, pero comienzan a mostrar señales de desgaste. El jugador veterano ya puede anticipar patrones y estrategias, lo que reduce la sensación de frescura.
Sigilo, tensión… y ruido mecánico
Uno de los cambios más celebrados por la comunidad es la incorporación de nuevas herramientas de distracción sonora, como la posibilidad de manipular motores, generadores o maquinaria para tapar el sonido de los disparos. Esta mecánica aporta una capa táctica interesante que invita a experimentar. Pero, más allá de eso, no hay una revolución en el sigilo ni en la IA enemiga, que sigue siendo algo predecible.
El argumento intenta conectar al jugador con la lucha de un grupo de resistencia en territorio ocupado, pero no logra despegar. Los personajes secundarios no tienen el peso ni la profundidad para sostener una narrativa que se vuelve más decorativa que funcional. El protagonista, una vez más, es el rifle.
Jugabilidad pulida, pero con piloto automático
Si hay algo que Sniper Elite: Resistance hace bien, es conservar la esencia de su gameplay: armas que responden con precisión quirúrgica, disparos que se sienten pesados y satisfactorios, y una física balística que sigue siendo una de las mejores del género. A esto se suma un diseño de niveles amplio y funcional, que permite múltiples enfoques para cada misión: desde eliminar objetivos a distancia con paciencia y cálculo, hasta infiltrarse por caminos secundarios para lograr ejecuciones más cercanas y tensas.
Sin embargo, y pese a que la experiencia sigue siendo sólida, se siente demasiado conservadora. El ritmo de juego no se sale nunca del guion ya conocido, y todo —desde los objetivos hasta los desafíos secundarios— está tan calculado y familiar que rara vez sorprende. Las misiones se repiten en estructura, y aunque cambien los escenarios o los rostros enemigos, la sensación es que ya lo vivimos antes.
No hay mecánicas que realmente sacudan la fórmula ni decisiones de diseño que arriesguen. Es como si Resistance se hubiera construido sobre una checklist segura: “zona abierta”, “torreta”, “túnel subterráneo”, “arma escondida”, “momento de cobertura forzada”, “final con escape apurado”. Todo está ahí, bien hecho, pero carente de alma nueva. El juego nunca se siente mal, pero sí previsible. Y en una saga con tanto recorrido, eso empieza a pesar.
Disfrutable, pero sin romper el molde
La respuesta va a depender mucho del tipo de jugador que lo tenga en la mira. Para quienes nunca tocaron un Sniper Elite, Resistance puede ser una muy buena puerta de entrada. Su jugabilidad sigue siendo accesible, adictiva y con un ritmo que alterna tensión y acción de manera efectiva. Además, la estética de la resistencia, el nuevo contexto narrativo y las mejoras técnicas dan una primera impresión bastante atractiva.
Pero para los veteranos de la saga, especialmente quienes disfrutaron a fondo Sniper Elite 4 o 5, esta entrega puede resultar… cómoda. Y eso, en un mercado donde la competencia apuesta fuerte por la innovación constante, se siente como una falta de ambición. La experiencia es correcta, sí; pero en ningún momento desafía al jugador, ni narrativa ni mecánicamente.
En definitiva, Sniper Elite: Resistance cumple, pero no conmueve. Es como volver a ver una buena película de acción que ya conocés de memoria: sabés dónde están los giros, cuándo viene el clímax, y aunque la pases bien, salís del cine con la misma sensación de siempre. ¿Es recomendable? Sí. ¿Va a dejar huella? Difícil.
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