Desde su lanzamiento original, The Last of Us Part II ha sido elogiado y debatido en partes iguales. El juego de Naughty Dog no solo ofreció una secuela intensa y profundamente emocional, sino que también propuso una narrativa fragmentada que dividió a la comunidad: dos puntos de vista, dos protagonistas, dos líneas temporales entrelazadas de manera no lineal. Esa estructura fue un pilar central de su propuesta narrativa… hasta ahora.
Con la llegada de la remasterización para PlayStation 5, The Last of Us Part II Remastered ofrece una novedad que impacta directamente en la experiencia del jugador: la posibilidad de recorrer la historia en orden cronológico. Esta modalidad reorganiza las secuencias para seguir el desarrollo de los eventos tal como sucedieron en el universo del juego, desde los primeros recuerdos de Abby con su padre hasta los últimos momentos de Ellie.
Una nueva mirada sobre personajes y decisiones
Experimentar el juego de forma cronológica permite redescubrir motivaciones, diálogos y pequeños detalles que antes podían quedar eclipsados por la estructura original. La transición entre los personajes ahora se da de forma lineal, lo que hace que los cambios de perspectiva no se sientan abruptos sino naturales. Abby, por ejemplo, gana otra dimensión cuando su arco se desarrolla desde el inicio, antes del trágico giro que sacude a Joel y Ellie. Y Ellie, por su parte, se vuelve aún más humana cuando vemos cómo se van acumulando sus pérdidas a lo largo del tiempo.
La narrativa, sin perder su impacto emocional, gana en claridad. Las conexiones entre escenas se sienten más lógicas, y momentos clave, como el regalo de la guitarra, la visita al museo o la decisión final en Santa Bárbara, se resignifican al estar contextualizados de forma más directa.
¿Pierde algo esta modalidad?
Aunque jugar de forma cronológica aporta una experiencia diferente y enriquecedora, algunos puristas podrían considerar que se pierde parte del impacto narrativo intencionado por Naughty Dog en su estructura original. Aquellas sorpresas, giros emocionales y momentos de tensión construidos a partir de la no linealidad ahora se ven suavizados. Pero eso no le quita mérito a esta nueva posibilidad: simplemente ofrece otra forma de experimentar un mismo relato, más cercana a una película o serie tradicional.
La experiencia audiovisual, intacta y optimizada
La remasterización no solo trae esta nueva forma de jugar. También mejora el apartado gráfico, los tiempos de carga y ofrece nuevos modos como el “No Return” (roguelike) y la inclusión de comentarios del equipo creativo. Pero es esta modalidad cronológica la que más impacto genera a nivel narrativo.
En Play is Life grabamos tres de las primeras secuencias tal como aparecen en este nuevo orden: la historia de Abby con su padre, el reencuentro de Joel con Tommy, y una de las escenas más memorables de todo el juego, donde Joel le muestra a Ellie la guitarra que le construyó y luego la lleva al museo de ciencias naturales. En esa secuencia, uno de los momentos más emotivos de la saga, Ellie “viaja al espacio” con los ojos cerrados, de la mano de Joel. En este nuevo formato, esa escena cobra un peso aún más fuerte: es la calma antes de una tormenta que ya no tarda en llegar.
Un título que sigue dejando huella
Cinco años después de su lanzamiento, The Last of Us Part II sigue generando conversación. Esta nueva modalidad cronológica no reemplaza la experiencia original, pero sí la complementa. Es un guiño a los fans que desean revivir la historia con otros ojos y también una oportunidad para quienes llegan por primera vez.
El mundo de Ellie, Joel y Abby nunca fue fácil. Pero ahora, al menos, se puede recorrer con una perspectiva distinta. Y eso, viniendo de un juego que ya es parte de la historia grande del gaming, es mucho decir.